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El desafío de los lubricantes
El precio de la menor fricción ¿Cuánto más me cuesta ahorrar?
El mundo de la tribología (ciencia de la fricción, el desgaste y la lubricación) es amplio y complejo. Todos conocemos la importancia del lubricante; sin embargo, pocos dan la suficiente consideración a la hora de elegir. Todas las marcas de lubricantes presentan una extensa variedad con un amplio rango de precios. ¿Tendrá sentido escoger el más caro si todos cumplen con el mismo fin?
Para responder esto debemos entender que la oferta de los lubricantes evoluciona continuamente y solo el que mejor compatibiliza con la máquina brindará el mayor beneficio. La vida útil de un motor depende principalmente de dos grandes factores: la condición de uso y del lubricante. Un motor con recorridos cortos no dura tanto como un motor con recorridos largos. Indistintamente de las condiciones de uso, el lubricante es el que mayor influencia tiene en su vida útil.
Para esto hay que tener presente que cualquier lubricante, incluso el adulterado, reciclado, etc. Permitirá que el motor funcione por algún tiempo. Dependiendo del “nivel de calidad”, los problemas recién se presentan después de varios cientos de horas o miles de km. Si consideramos que el lubricante solo abarca del 1% al 2% de los gastos generales (mantenimiento y consumibles), es sensato escoger el de mejor costo–beneficio y no el más económico. Parte del costo-beneficio son el ahorro de combustible, intervalos de cambio extendidos, menor gasto de mantenimiento y de sobremanera la mayor vida útil del motor. Estos lubricantes suelen costar más que los menos aditivados, pero en la sumatoria representan un ahorro significativo.
Los lubricantes evolucionan continuamente y solo el que mejor compatibiliza con la máquina brindará el mayor beneficio”.
La importancia de la homologación
Al igual que la industria automotriz alemana, su industria química también goza de muy buena reputación. El desarrollo de nuevas formulaciones de lubricantes supera ampliamente la evolución de los motores. Los motores se desarrollan y prueban durante años y cuando salen al mercado ya existen nuevos y mejores lubricantes respecto a los recomendados en los manuales que fueron impresos mucho tiempo atrás. De igual forma, la industria de lubricantes trabaja mano a mano con la automotriz para garantizar las mejores prestaciones posibles. Los aditivos son los que mayor influencia tienen en el precio de un lubricante moderno, ya que abarcan hasta en un 30% de su contenido.
Con los avances en la industria química también evolucionan los materiales. Existen nuevos elastómeros de diferentes tipos que son usados en retenes y sellos o compuestos de fibra de carbono que duran toda la vida útil del motor mientras no estén expuestos a químicos incompatibles. Muchas marcas exigen el uso de lubricantes homologados en vez de productos genéricos para evitar el deterioro prematuro de estos materiales modernos. Por este motivo es sumamente importante evaluar la compatibilidad del aceite no solo por la viscosidad, si no también por la idoneidad con la marca y el tipo de motor. La única fuente confiable es el propio fabricante de motor porque muchas marcas de lubricante recurren al “cumple con homologación XX”, lo cual genera la duda sobre si es una “auto certificación” o si realmente han sido debidamente evaluados y aprobados.
Recomendaciones para motores en periodos de inactividad
Los materiales se dilatan con el calor y se encojen al enfriar. Las peores condiciones técnicas las tiene el motor frío. Todo el material está retraído con holguras muy pequeñas que en el momento de ponerlo en movimiento generan fricción. En el mejor de los casos, la superficie todavía tiene una pequeña película de lubricación para aminorar el desgaste. Hasta que la presión de aceite llegue al último punto del motor pasan, dependiendo de la viscosidad, entre 10 a 40 segundos. La falta de una película de suficiente protección en el momento de arranque genera un enorme desgaste.
Por esta razón los motores con recorridos cortos (más arranques en frío) duran menos. Los aceites modernos de baja fricción tienen viscosidades bastante bajas, aminorando así el tiempo que necesitan para lubricar el motor completo después de arranque. En la siguiente imagen se puede observar que un aceite 5W-30 logra lubricar la parte más alta del motor a los 8 segundos después del arranque, mientras el 15W-40 todavía se encuentra en la parte baja del motor.
El lubricante tiene las mejores prestaciones cuando el motor está en su temperatura de trabajo. En este estado, los materiales se han dilatado a holguras idóneas para que todo el tren motriz pueda moverse sin mayor desgaste.
El 90% del desgaste de un motor ocurre en la fase de calentamiento; mientras más frío esté, más desgaste habrá. No es recomendable calentar el motor dejándolo prendido en ralentí, lo ideal es llegar a la temperatura de trabajo lo más rápido posible sin sobre exigir el material. Quedó demostrado que salir a manejar prudentemente de forma inmediata sin revoluciones elevadas acorta la fase de calentamiento en más del 50%.
También es importante evaporar lo más rápido posible las condensaciones de agua y los excesos de combustible que se pueden haber mezclado con el aceite. Al arrancar el vehículo y mientras el motor este frío se inyecta más combustible para asegurar un correcto funcionamiento de la combustión. Como consecuencia, parte del combustible se mezcla con el aceite y lo diluye reduciendo su grado de efectividad.
Lo mismo ocurre con el agua que se ha formado por condensación en las superficies metálicas. Ambos problemas literalmente se evaporan apenas el aceite haya alcanzado su temperatura de trabajo. Difícilmente se llega a las temperaturas requeridas si el motor no es sometido a sus condiciones normales de uso. En este sentido y contrario a otras opiniones, es mejor conducir el vehículo una vez al mes por mínimo 15 minutos que prenderlo cada semana por algún tiempo sin someterlo a ninguna exigencia mayor.
La explicación es muy simple. Al solo calentar el motor en ralentí durante 10 min se llega apenas a calentar el líquido refrigerante, mientras el aceite todavía está muy por debajo de su temperatura normal de trabajo. Durante todo este periodo el motor esta expuesto a un desgaste excesivo y a una consecuente dilución del aceite. Si esto lo repetimos durante4 semanas le hicimos mayor daño al motor que arrancarlo solamente una vez al mes y salir a conducir durante 15 a 20 minutos en los cuales sí llegamos a la temperatura de trabajo del aceite.
Tanto el combustible como el aceite requieren de gran cantidad de aditivos para operar de forma óptima. Los aditivos son compuestos químicos que se agregan para lograr un cambio o una mejora del producto base. Todos los fabricantes de combustibles y lubricantes orientan su paquete de aditivos a las necesidades promedio del mercado. Ninguno de estos productos de consumo masivo está específicamente mejorado para condiciones inusuales como largos periodos de inoperatividad, operaciones sobre los 4000 msnm, trabajos en socavones con mucho calor y humedad, recorridos muy cortos con pendientes pronunciadas etc.
El impacto en cada condición específica puede ser reducido con aditivos adicionales logrando así una disminución sustancial de emisiones o desgaste de material. Sin embargo, hay que considerar, que el uso de un aditivo equivocado puede causar mas daño o en todo caso no generar ningún beneficio, motivo por el cual es recomendable usar sólo productos que cuenten con la debida garantía y respaldo técnico.